ANA THÉNON

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Lugar (de Edad sin tregua)

Sabéis que llevo un esquimal dormido
en el lugar del corazón.
Después de abandonar las catedrales,
el diapasón febril de las tabernas,
llegué al confín, a la frontera inalcanzada.
Sabéis que llevo un arenal baldío
en el lugar de las palabras.
Por debajo del miedo,
por caminos cerrados desde antiguo,
se aventuró la mano hasta el silencio.
Sabéis que llevo una pupila roja
en el lugar de la alegría.

Poema (de Habitante de la nada)

Yo creo en las noches (R. M. Rilke)

Ayer tarde pensé que ningún jardín justifica
el amor que se ahoga desaforadamente en mi boca
y que ninguna piedra de color, ningún juego,
ninguna tarde con más sol que de costumbre
alcanzan a formar la sílaba,
el susurro esperado de un bálsamo,
noche y noche.
Ningún significado, ningún equilibrio, nada existe
cuando el no, el adiós,
el minuto recién muerto, irreparable,
se levantan inesperadamente y enceguecen
hasta morirnos en todo el cuerpo, infinitos.
Como un hambre, como una sonrisa, pienso,
debe ser la soledad
puesto que así nos engaña y entra
y así la sorprendemos una tarde
reclinada sobre nosotros.
Como una mano, como un rincón sencillo
y umbroso
debería ser el amor
para tenerlo cerca y no desconocerlo
cada vez que nos invade la sangre.
No hay silencio ni canción que justifiquen
esta muerte lentísima,
este asesinato que nadie condena.
No hay liturgia ni fuego ni exorcismo
para detener el fracaso risible
de los idiomas que conocemos.
La verdad es que me ahogo sin pena,
por lo menos he resistido al engaño:
no participé de la fiesta suave, ni del aire cómplice,
ni de la noche a medias.
Muerdo todavía y aunque poco se puede ya,
mi sonrisa guarda un amor que asustaría a dios.

(de De lugares extraños)

Porque la memoria no tiene parques cerrados,
porque no es la memoria un pergamino, una lápida
o acero, un dorso transitable para buriles,
y también porque un dios ahora olvidado
tuvo una vez para la sed
un vaso, para el llanto un oído
y sin palabras
rebalsó los niveles, desorbitó los cauces
e inundó todo ejido, toda miseria,

algo que llaman vida, soplo, barro,
supura o sangra, pero brilla,
enciende.

7 (de distancias)

tu paso nunca otro y tu boca
roída por el viento criatura
individual en un mundo de nombres
que ya apenas pronuncias y que apenas te hieren
dulce materia viva
en tierra enferma criatura
individual entre flor y flor oscura
tu paso nunca otro
y tu boca roída por el viento

37 (de distancias)

un mal se apaga solo si otro mal crece
una lluvia seca hiere el sol la memoria
no alcanza entre dormidas piernas
un silencio con bosque al tiro ciego
lo festeja sin ira la oca de nube
un mal se apaga dice apenas
este nombre una flor de vacío
solo si otro mal crece

solo si otro mal crece
y el hambre olvida y canta
en la noche de su guerra
en el desnudo y fin de su guerra
en el sur y salvaje y caminaré de su guerra

Non stop (de Ova completa)

Creer que voy a la India a creer que entiendo
lo que creo que hay que creer

creer que entendí lo que hay que creer para saber y
creer que estoy en la India porque creo saber
lo que hay que creer

creer que sigo en la India para profundizar este saber
sin permitirme creer que me ilusiona
ganges alguno
profesor templo vaca millón de muertos
ganges alguno

creer que mi creer estar en la India tiene un sentido cósmico
irrepetible intraducible

creer que mi creer estar en la India será fundamental
para mi creer saber
y el de la India

creer que el seguir en India todo un año resolverá el dilema
de lo que es creerse un ser ansioso de saber

de paso creer que es mi deber elaborar manuscribir trasliterar
reelaborar y difundir

creer que ya es hora de creer que capté todo lo que había que
entender

creer que ya es hora de volver a la añorada patria a divulgar
tanto saber

creer salir de la India llegar a la añorada patria
ver ver no poder creer

no poder creer
no poder ser

creer que vuelvo a la India a ver si entiendo
lo que creo que hay que creer

© Ana Thénon
(Argentina - 1935/91)

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